Un grupo de personas del Centro Residencial Jado ha vivido una experiencia única en una acogedora casa rural, rodeada de naturaleza, tranquilidad y buena compañía. Fue mucho más que una escapada: una oportunidad para desconectar de la rutina diaria, respirar aire puro y disfrutar de momentos que quedarán en la memoria.
Durante estos días, el grupo compartió risas, conversaciones y actividades que fortalecieron la convivencia. Uno de los grandes atractivos fue la piscina, que se convirtió en el lugar perfecto para relajarse y divertirse. Entre chapuzones y juegos, se creó un ambiente de alegría y bienestar que todos valoraron enormemente.
Pero estas salidas no son solo ocio. Son experiencias que fomentan la autonomía, refuerzan la autoestima y fortalecen los vínculos entre quienes participan. Cada actividad, cada instante compartido, contribuye a mejorar la calidad de vida y a generar recuerdos positivos que acompañan en el día a día.
En el Centro Residencial Jado creemos que este tipo de iniciativas son esenciales para el bienestar integral. Porque salir, explorar y disfrutar juntos es una manera de sumar felicidad y construir comunidad








